Historias fantasticas
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                                 La Casa de los niños desaparecidos

Las calles estaban inundadas por la intensa  lluvia, los rayos no paraban de rasgar el cielo y estremecer la tierra.

Nadie en la fría noche,  el aullido de un perro vagabundo refugiado

en una casa abandonada rompía la monotonía del aquel murmullo que el agua hacía al caer.

Hasta que alguien aparece en la escena, no es la primera vez que ese ser siniestro, asecha  en las nohes de lluvia.
CAPITULO 1:
--Buenos días comisario.  ¿Como amaneció? 

El saludo de Franck Collin sonaba con algo de desanimo esa mañana se había levantado de mal humor, su tez blanca lucia mas pálida aun y sus ojos pardos no destilaban ese brillo de siempre, con 34 años y 1,90 de altura Su imagen era imponente, salvo en un dia como ése cuando se levantaba  con el pie izquierdo, entonces su imagen perdía un poco su imponencia, encorvaba la espalda y llevaba el mentón metido por poco en su pecho.

-         ¿Como esta detective? lo hice venir temprano, la situación es apremiante.

--Dice el comisario Benett, sin levantar la mirada de la computadora, Venett era hombre de anchas espaldas al igual que el detective lucia colosal, era rubio de ojos azules y de tez bronceada por el sol.

--!Ah sí!

-    Da como respuesta, mientras hecha hacia atrás un mechón de cabello que estaba sobre su frente.

 --Imagino que sucedió otra vez, anoche llovió copiosamente.

-         Si. Sucedio de nuevo. 

Contesta, cruzando los brazos sobre su pecho.

-         La niña estaba en su cuarto, la sacaron por la ventana.

-Irè com Nidia a investigar a esa casa.

Muchos eran los niños desaparecidos, el caso se les escapaba de las manos, los pequeños inocentes simplemente se esfumaron, y sus pesquisas dieron solo resultados negativos, nada en absoluto ni un indicio que les diera la esperanza de una solución.          

  La agente  Lidia no contaba con mucha experiencia y este caso era de por si difícil, ella se sorprende al tomar conocimiento de la situación, su tez blanca parece palidecer más aun.                                                                           Estas segura que quieres acompañarme,    le pregunta Franck, al verla  titubear, sus grandes ojos azules impactaron al detective, cada ves que se enfrentaba a ella lo deslumbraba con su mirada, pero a pesar de sentirse conmovido por esa hermosa mujer no puede controlar su genio ni superar su mal humor

-         Si, si, segura.

-         Ella había llegado media hora antes que Frank con ansiedad de participar en el caso, al contestar que si, un leve temblor asoma en su voz, sonrojándose, sentía vergüenza por ser novata. Nidia no era muy alta, a pesar de ello su esbelta figura, causaba admiración, lucia hermosas piernas que acababan en una cadera perfecta y hermoseaba más aun su pequeña cintura, completando su belleza un contorneado y prominente busto.

-         ¿Has  hallado algún patrón? debe haber algo.

Pregunta Nidia, insistiendo en querer ayudar, irritando mas aún al detective Frank que suspira fastidiado.

-         Pues si descubres algo puedes informarme.

Responde definitivamente de mal humor, haciendo que ella se sonrojara  aún más de lo que ya estaba.

Ensimismado en sus pensamientos salió de allí seguido por Nidia cuando una vos que les grita a sus espaldas los sorprende.

          ¡Esto no es de ahora!

 Ambos se vuelven y observan a quien voceara, una mujer cubierta con una capa que huye sin darle tiempo a reaccionar.

Capitulo 2:
 El timbre de la casa en la calle Rosedal sonó varias veces antes de que la puerta se abriera. La señora Margareth saludo con desgano, sus ojos estaban rojos de tanto llorar, su apariencia era patética, con una mueca de dolor hizo a pasar a los recién  llegados.
No se opuso en absoluto a que revisaran la casa, el cuarto quedo tal cual estaba noches atrás al desaparecer Penny pero nada fue hallado que le sirviera como prueba.
Salieron de allí igual que como entraran, sin descubrir el mínimo rastro.

-         Ya ves !

-Dice Frank una vez que hubieron acabado.

--Nada que nos indique alguna prueba, como puedes apreciar estamos dando vueltas y vueltas y siempre regresamos al mismo lugar. Los niños se esfuman y nosotros nada.
Hablaba en un tono de reproche ya que Nidia lo había presionado por la falta de pruebas.

Habían salido de la casa cuando advirtieron que alguien los observaba, Franck saca su arma y  comienza a desplazarse lentamente seguido por su compañera, cuando llega cerca de unos containeres, alguien trata de huir, con gran agilidad el detective consigue apresar al observador, descubre que es la misma mujer que rato antes le gritara. Siente  un frío repentino corre por su cuerpo.

No estaba nada bien, ¿como pudo ella seguirlos hasta allí?, ¿Cómo? la toma por un brazo y apunta hacia la cara, a la gruesa capa de paño que llevaba puesta, se le cae la capucha hacia atrás, dejando al descubierto un rostro delicado, cubierto de arrugas, pero a pesar de ello se podía ver que en otros tiempos fue una mujer hermosa y que aun de alguna manera lo seguía siendo, tenía los cabellos teñidos de negro prolijamente recogidos, sus verdes ojos eran como un mar profundo.  Franck le dice.

-         Hable  o si no.....

-         ¿O si no qué,  me va a disparar?

El detective duda un momento y luego enfunda su arma.

-         ¿Y bien, por que me espiaba y como  me siguió  hasta aquí?

La anciana sonrie.

-         Calma muchacho,  si me invitas un café te diré algunas cosas.

Instantes mas tarde  los tres sentados en la mesa del Copetín  El rubí, tomaban café.

-         ¿Y bien, Señora, que es lo que sabe?

Nidia pregunta impaciente.  

- Que no es de ahora, yo era joven aun cuando  todo dio comienzo

La señora Olsen se rió cuando Frank  puso en duda  la veracidad de sus relatos, la anciana que un tono grave contaba sus experiencias parecía muy segura, esto ponía furioso al detective, que no era nada paciente, se ve allí atrapado en esa situación de locos, ahora debe apelar a toda su voluntad, por si acaso esa loca mujer aportaba algún dato.

-   A  mi me gusta salir las noches de lluvia, así conocí a mi difunto esposo, el y murió hace unos años y siempre que salgo en las noches lluviosas me trae recuerdos y consuelo a mi soledad.

Los relato de la anciana parecían conmover a Nidia pero Franck se resiste a caer en sentimientos apresurados, en el fondo le parecía que todo era mentira.

-         !Bien !          

Continua diciendo la anciana antes de sorver el ultimo trago de café.

-         Se que no es de este mundo.

-         Como?

Reacciona Frank alarmado teniendo la sensación de estar escuchando las locuras de una vieja insana.

-         ¿Por que, piensa eso? Insistió Franck.

-         Le contare mi joven amigo, la primera ves que pude verlo! Bien! si se puede decir que lo e visto, en realidad lo habré sentido, o mas bien solo fue una percepción.

Nidia parece  divertirse viendo la cara de susto de Frank  y él al ver que ella lo observaba con gesto de burla, le echa una mirada amenazante.

-La primera vez pensé que era mi imaginación (continua diciendo la señor Olssen).

La noche estaba horrorosa una gran tormenta se desataba, cuando de pronto de una ventana que estaba en el tercer piso puede ver salir una niña inconciente, como si alguien la llevara volando , pero a nadie pude ver sino a la niña, como todo de desarrollaba a gran velocidad desapareció de mi vista en un instante quedando yo perpleja hasta llegar a dudar si en verdad lo hube visto o era fruto de mi imaginación como ante ya os lo e dicho.

La mujer hablaba muy convencida de lo que estaba narrando y siempre en ese tono de voz de drama que inquietaba, de tanto en tanto miraba para todos lados como si alguien la espiase, luego continúa diciendo.

-         La segunda vez, fue al mes, si, lo recuerdo porque esa noche la tormenta hizo muchos destrozos, luego de un tiempo sin saber mas nada,  comenzó nuevamente en este lugar, por muchos años me traslade a las ciudades donde me enteraba de desapariciones.

Tanto Nidia como Frank estaban perplejos oyendo a la anciana que hablaba con mucha seguridad, a pesar de dar una imagen de estar perturbada,  le pareció interesante saber que ella tenia registros, de todos los lugares, o al menos eso era lo que dijo.

-¿porqué lo hizo?

 Le pregunta Nidia sin poder contener su curiosidad. A lo cual Olssen le contestó.

-¡Oh! al principio lo adjudique a mi sola curiosidad, pero nunca pude entender bien lo que me llevo a todo aquello que era mas fuerte que yo.

Frank se aventura a pedirle a la señora Olssen los registros que ella mencionara, aunque en el fondo piensa que solo es una invención de la anciana.

--Cuando los encuentre yo misma se los llevaré,  en este momento no recuerdo en que lugar los guarde, ¿donde los debo  llevar? estoy segura que revisando un poco por los rincones han de aparecer.

Al día siguiente el comisario hacia su mayor esfuerzo para disimular sus ganas de reír cuando Frank fue con la novedad.

- Es una anciana demente, ya vino algunas veces con ese cuento.

CAPITULO 3:

Grande fue el desaliento de Frank cuando la anciana no dio señales de vida. Salió de la jefatura  y cuando estaba a punto de subir a su vehiculo escucha la voz de Nidia.

-¡Hey! Tengo algo para ti.

Franck se acercó intrigado.

--Es la dirección de la mujer,  muchos la conocen, la llaman "La anciana de la lluvia".

A Frank esa tarde el transito se le hizo mas cargado que nunca, tardo un buen tiempo en encontrar la casa.

-¿Estas segura que este es el lugar?

-Si estoy segura Benavides al 100, tal vez ya no quiera darnos sus notas.

O tal ves no sea verdad lo que dijo.

La cara de Frank  luce alterada.

-¿Que es lo que tanto te incomoda (Dice Nidia) que la vieja este loca o que existan tales pruebas?

A estas alturas Franck todo lo ponía mal, pero de existir ese material, les   seria de mucha ayuda.

Por un impulso Frank empuja la puerta y para la sorpresa de ambos esta cede con facilidad.

 -Toma cuidado (Se previene Nidia).

 La casa a pesar de ser antigua estaba en buenas condiciones daba a entender que la Señora Olssen gozaba buena  posición económica, entraron por un hall que daba de inmediato a una sala amplia adornada de cuadros para su sorpresa de figuras de niñas, tenia sillones que circundaban una gruesa alfombra de terciopelo, y en cada esquina un masetero de proporciones grandes con plantas de flores bellas y colores vivos pero que no reconocieron ninguna de ellas, tal ves venían de otro país. Por un instante quedaron admirados por el lugar pero luego recobrado la conciencia de la situación continuaron con la revista de la casa. Llegando mas tarde a la conclusión que todo lo que allí se veía no era de ese pueblo, ni de ninguno lindero. Todos esos objetos de valor formaban la colección de cosas que era de suponer que durante años la anciana estuvo coleccionando sobre todo jarrones que parecían ser de alguna dinastía antigua.

 Estaban absortos por lo que sus ojos estaban viendo Nidia por un momento olvida que motivo que los condujo a aquel lugar y se deja guiar por la curiosidad, esa casa era increíble.  
Pero alguien se  había adelantado, la pobre mujer estaba muerta sobre la cama.
Testigos silenciosos quedaron los pesados muebles de nogal y los espejos de cristal sobre las cómodas de grandes cajoneras con manecillas de bronce bien lustrado, y muchas cosas mas, que Nidia quiso admirar pero que el macabro encuentro no se lo permitió.

 -     ¿ahora que hacemos?

     Pregunta Frank desalentado; Nidia piensa un instante antes de responder.

 --Pues debemos hallar esos apuntes.

 Durante mucho tiempo revisaron rincón por rincón, con gran dificultad pues la casa era enorme y con todos esos muebles y adornos, se les hacia dificultoso avanzar en su búsqueda.
 
Frank estaba a punto de desistir, cuando una olla de bronce que estaba sobre un soporte de hierro que colgaba en la pared de la cocina  llamo su atención, la sorpresa se reflejó en su rostro cuando al descolgarla encontraron en su interior el deseado material, parecía ser verdad lo que dijo la señora Olssen.
Era viernes por la noche y se reunieron en casa de Frank, les urgía estudiar el material que post mortem le dejara la anciana.
Cincuenta años en unos apuntes no era tarea fácil, trabajaron hasta que sintieron apetito, y entonces supieron que era hora de pedir una pizza y no falto la cerveza.
Comenzaban a cabecear dominados por el cansancio y el efecto de la cerveza, cuando el teléfono los  sobresalto, Nidia siente como si el estomago se le subiera a la garganta.

--¡Hay! que sueño, me quedé dormida.

--Dice, luego sonríe, riéndose de si misma, de la manera en que se sobresalto, ella tenia un carácter inquieto y arrollador pero siempre cuando sonaba el teléfono se pegaba tamaño susto que saltaba de la silla, lo hacía desde niña al principio solo fue un juego, luego le quedo como costumbre cada ves que lo hacia le provocaba risa, cuando sale de sus pensamientos  observa que Frank tiene cara de malas noticias.

--¿Que sucede? le pregunta.

--Es la señora. Olsen, es decir su cadáver  desapareció.

CAPITULO 4:
--¡Hola! Venett, viejo zorro  al fin te acordaste de tu amigo llevas meses sin llamarme.

Le regaño Mondy cuando Venett lo llamo. Mondy era comisario a cargo de un pueblo limítrofe, en realidad se llamaba Julio Ruiz pero le decían Mondy, le quedo ese apodo de la escuela, resulta ser por lo que el mismo dijo que al cursar Ingles cuando le tocaba traducir lunes en vez de pronunciar Mandy  decía Mondy.  

--!Valla, valla!  Amigo tu tampoco te as dignado a llamarme.

Si el comisario hubiese visto la cara de Mondy lo hubiese visto ruborizado.

--Bien, tienes razón, pero que te sucede, aunque creo saber cual es el motivo de tu llamado.

El comisario Venett, lo puso al tanto de la situación y fue muy sincero al pedir ayuda a su viejo amigo, dejando de lado cualquier sentimiento de orgullo la situación era mas que obvia.
Fue muy grande su desilusión y asombro cuando su amigo le explico con gran preocupación que el atravesaba por una situación similar y que mal podría ayudarlo.
Luego unos días después Venett viajo a encontrarse con Mondy en Calandria donde este vivía.
Por unos momentos Venett imaginó que estaba de viaje de placer para visitar a su amigo,  así que sentado en la sala de la casa saboreaba un delicioso café  que la esposa de Mondy le ofreció.
Su éxtasis se esfumó, cuando su amigo narro las cosas que había descubierto, y que lejos de traer soluciones se encontró con algo peor.

-- No puede ser, que este sucediendo en todo el mundo (dijo estupefacto)

--Pues créelo amigo, hay lugares donde a disminuido la asistencia escolar, porque los alumnos desaparecieron simplemente, y muchos dejaron de tener hijos por miedo a las desapariciones. Cada vez que llueve en las noches, el terror se apodera de las personas porque saben que algún niño corre peligro.

CAPITULO 5:
Frank finalmente decide ir al lugar donde todo comenzó, en Pullidor.
Las calles de esa ciudad tenían un tinte siniestro, así es como lo  podía ver, se alojó en una pensión y luego llamó a Nidia.

--¡Hola! me acabo de instalar.

--¿Que planes tienes?

--Tal vez salga a recorrer la ciudad, tal vez me inspire en algo, al menos eso espero.

-¿Quieres que valla?

--No, te lo agradezco, necesito un tiempo a solas.

Se apresuro a contestar, justificando su negativa.

--Como quieras, si lo prefieres.

Nidia no pudo disimular el fastidio en  su voz por el rechazo

 -- Pero no dejes de llamarme si me necesitas.

Se justifico.

--Descuida te llamaré.

No era lo que Franck prefería, necesitaba mucho de su compañera, necesitaba su ayuda ya que estar solo lo deprimía, su obstinación por alejarse era por puro miedo, se estaban acercando mucho a ella y eso lo asustaba temía confundir los sentimientos, y que la soledad lo forzara a una relación que no estaba en condiciones de enfrentar por el momento.
Con solo imaginar a Roxana regresando y lo encontrara con otra, la idea de perderla por segunda vez no lo soportaría.

--Si mi Rosi

Murmuró, recordando el rostro de la mujer que amó y aun conservaba ese amor por ella, Roxana su ex pareja no era muy bonita pero lucia una hermosa silueta y un gran carácter, siempre supo dominar a Franck cuando se separaron el no aprendió como vivir sin la presión que Roxana ejercía sobre él.

-- Prefiero estar solo (se dijo) y con la ilusión que regresaras a mi algún día.

No podía negar que Nidia le gustaba mucho, pero no quería jugar con sus sentimientos. Tal vez algún día  podría amarla, y recomenzar su vida. Pero si no resultara, un nuevo fracaso lo atormentaría.
Esa noche salió y camino por las calles de Pullidor ciudad lúgubre y de clima por lo general frío, cuando no llovía siempre una niebla  grisácea y hedionda se elevaba en un foco de infección,  anduvo como un autómata hasta que la necesidad de tomar algo lo llevo a entrar a un bar, tenia la garganta seca de tanto caminar, sentado en una mesa apartada miraba la taza de café y de pronto acude a su mente el recuerdo de la Señora Olssen, como un eco llegaron hasta el sus palabras.

“Solo sucede en las noches de lluvia.”

“Me gusta salir en las noches de lluvia.”

Bebió el último sorbo de café y otra vez recuerdos acudieron a su mente

“Conocí a mi difunto esposo en una noche de lluvia.”

 Recordó entonces que la llamaban la anciana de la lluvia. Se apresuro a pagar el café y salio de allí, esa noche no vería nada, la luna y las estrellas ya brillaban en el cielo, que inoportuno, se había despejado.

Tenía los pies hinchados como si estuviesen a punto de estallar, se maldijo a si mismo por no pensar en las consecuencias de salir a caminar calzando zapatos nuevos.
Se preguntó y su voz resonó en el silencio de la noche.

--¿Porque tuve que comprar estos mocasines de cuero de víbora?

Un perro gruño al ser perturbado en su sueño, por ese hombre que hablaba solo en la noche.
Los mocasines le seguían hiriendo los pies, tenia la sensación que cobraban vida y lo picaban, que el veneno corría por su sangre y que pronto sentiría estertores de dolor y muerte.

 Cuando llega a la pensión se arranca el calzado de sus pies y lo arroja contra un rincón de la habitación.

Al siguiente día cuando se encuentra con Nidia, ella se rió largo tiempo cuando Frank le contó sus delirios de la noche anterior.

 CAPITULO 6:
-
-¡Pero que tonto eres! (dice Nidia) no sabes que ese cuero es solo una imitación y que no son auténticos.

 --No te rías, no lo sabia, de todas formas los tiré a la basura.

 --Estas paranoico,  Este caso te esta trastornando.

 --Ese momento de alegría solo dura un instante, la joven se calla, regresando a la realidad,  queda muy pensativa, y la tristeza asoma a su rostro.

 Frank ni le pregunta, el también igual que su compañera no pueden dejar de sentir preocupación, que mientras no encontrara una solución ya no podrían dormir por las noches, sobre todo las noches de lluvia.

Al ver a Nidia en ese estado, no le queda más que invitarla a quedarse para ayudarlo.

Eso hace que Nidia recobre el buen ánimo, estar junto a Frankk era lo que quería.
La habitación de Frank era pequeña pero cómoda, esa noche pidieron comida rápida para la cena, trabajando hasta pasada la media noche, luego ya cansada Nidia se hecha sobre la cama, Frank vencido por el sueño cabecea sobre la mesa, hasta que un trueno  estalla haciendo retumbar el lugar y  los despierta, un terrible aguacero se estaba desatando.

 --¡Esta lloviendo!

 Gritan al unísono, y sin mas se  colocaron el impermeable y  salieron bajo un torrente de agua, el cielo parecía haberse convertido en una catarata gigantesca, de todos modos la audaz pareja tiritando y sofocados por el agua corrieron sin un rumbo cierto, en algún lugar verían algo, siempre sucedía en la lluvia y esa noche estaba lloviendo, sin saber a donde buscar pasaron mas de una hora buscando por las calles frías e inundadas , hasta que decidieron regresar, la tormenta no había disminuido en lo mas mínimo.
Franck estaba fastidiado, arrepentido de haber corrido a ciegas llevado por su ansiedad, apenas podía respirar sofocado por la lluvia y el cansancio, Nidia estaba agarrada de su brazo, el podía sentir como ella tiritaba,

--Lo siento mucho.

Dijo con dificultad,  apenas conseguía hablar.

Como Nidia lo mirara asombrada el continua disculpándose.

--Siento haber actuado locamente tan apresurado y no pensar las cosas con cuidado.

--Bien la situación lleva a toda esta locura, ¿no crees? Que otra cosa podemos hacer sino buscar, los niños siguen desapareciendo.

 Un rallo ilumino la calle, entonces la vieron, justo en la esquina donde ellos iban, fue allí que la vieron.

 --¡Es ella!

Grita Nidia, un segundo rayo deja ver nuevamente a la anciana que parada bajo la lluvia sonreía, fue un breve momento luego desapareció.
Franck hubiese  continuado allí toda la noche, pensando que hacer, si fuera necesario reanudaría su loca carrera bajo la lluvia, aún cuando el agua fría y el viento penetraban hasta sus huesos, pero estaba preocupado por Nidia, estaba pálida, Franck tenía la sensación que ella estuviese a punto de desmayarse.

--Ven Nidia regresemos.

Franck podía sentir el cuerpo de Nidia que continuaba temblando, el la había tomado de la cintura y la obligaba a caminar  conduciéndola a la rastra, haciendo que ella mantuviese el paso al ritmo de el, llego un momento en que la joven no pudo mas, ni arrastrada por su compañero conseguía seguir, Franck  advierte que en la entrada de una construcción abandonada había una escalinata a cubierto, le pareció un buen refugio.

--¿quieres sentarte en esos escalones?

--Si por favor, lo siento no puedo mas.

Nidia se acurrucó en el hombro de Franck, allí se sentía protegida.

Esas situaciones eran lo que el detective había estado evitando, un acercamiento con su compañera que desembocara en sentimientos apresurados, este caso los acercaba en sus emociones, se había convertido en  una increíble aventura, impregnado de temores e inquietudes, necesidades del alma, de satisfacer instintos  que no llegaba a descifrar, a pesar de sus conflictos y por una fuerza superior a él, Franck la apretó mas fuerte contra su cuerpo y pudo sentir como ella se estremecía, Nidia deja escapar un suspiro de sus labios entonces él lo supo,  lo que no quería aceptar ahora podía  reconocerlo, ella lo amaba, era inútil querer negarlo.
Ella lo amaba y el también, los fantasmas del pasado, estaban perdiendo fuerza.
La lluvia no disminuía y a pesar del cansancio físico sabia que debían regresar antes que pescaran una pulmonía.
Estaba en eso de retomar el camino, cuando sucedió de repente, era una presencia extraña podían sentirlo, sin verlo, luego un ruido se oyó como si un barco pasara en su frente, pero el sonido era apenas audible,

¡baruuuu!

Sonaba alejándose.

--¿que fue eso?

Susurra  Nidia sobresaltada, ambos se pusieron en pié, las piernas no le respondían entumecidas por el agua y el frío.

--No se que, pero algo paso frente a nuestras propias narices.

Dijo franck sin saber que actitud tomar.

--Pues vamos hacia donde fue el sonido, lo animó Nidia.

Avanzaron un trecho, entonces vieron tal cual la señora Olsen les contara, era una niña que parecía volar, iba en el aire como si alguien invisible la cargara. Las palabras de la anciana nuevamente retumbaron en la cabeza de Franck “no es de este mundo” una gran furia se apodero de él  y dejando a Nidia que apenas podía estar en pié abandonada a su suerte, corrió tras la aparición.
Daba la impreción que la niña iba a esfumarse, estaba convirtiéndose en un ser fantasmal,  Franck gritó.

--¡Regresa esa niña engendro del mal!

Y arrojándose en un salto desesperado logro atrapar a la desdichada cayendo al suelo sobre un charco de agua con la niña en sus brazos.
Nidia consiguió sacar fuerzas y llegar como pudo hasta ellos, el frío se hizo penetrante y la lluvia caía como si fueran rayos de luz pero no cabía la menor duda, era agua,  nuevos rayos cayeron en la cercanía.

--¿Franck que tienes?

El estaba de un color gris ceniza al igual que la niña, ambos parecían a punto de desaparecer,

---Despierta por favor

Nidia observa que es la niña que trasmite ese mal a su compañero, lo toma de ambos brazos y haciendo un esfuerzo sobrehumano tira de el separándolos, parecía como si se absorbieran  mutuamente.

Ni bien quedaron alejados unos de otros sus cuerpos regresaron a la normalidad, pero aún así estaban desmayados.

 La sirena de la ambulancia, de ves en cuando era apagada por un trueno.
El clima parecía haber enloquecido. Nidia nunca pasó por una tormenta así con tantos truenos y rayos, temblaba como si su cuerpo se fuera a desarmar, a pesar de ello continuó al lado de su compañero hasta que la ambulancia los llevo al centro de  emergencia más próxima.

CAPITULO 7:
El detective Franck colling tardo unos minutos en entender donde estaba cuando despertó. Sintió opresión en el pecho, al tratar de incorporarse, una fuerte punzada atravesó el lado izquierdo como si la aorta fuera a estallar, de a poco fue mejorando hasta que todo dolor desapareció.
Pasada la primera impresión pudo ver al comisario Benett que estaba sentado observando sus reacciones y  al ver que Frank se repone fue hacia él. Lo primero que el detective pregunta es por su compañera.

--¿Cómo está Nidia?

--Tranquilo (responde el comisario) ella solo pescó un resfriado, la niña es la que esta grave, es de no creer como si las moléculas de su cuerpo estuvieran  a punto de desintegrarse, Nidia te rescató a tiempo.

¡Ah! Por cierto, llevas una semana aquí.

 Venett lo pone al tanto de los inconvenientes en todo el mundo, había personas que salieron a la calle para protestar por las desapariciones, un centro popular se había formado, la gente ya no confía en las autoridades.

 -- Es un caos, el mundo parece haberse paralizado.

 Dice el comisario en un tono de derrota.

 --La vimos comisario estaba viva.

 --Lo sé Nidia me lo dijo.

 Franck quedo callado,

 --¿Qué tienes?

 El comisario le pregunta alarmado al ver palidecer el rostro de Franck.

 --¡OH! es que ella, la anciana, algo dijo, algo acerca de este fenómeno de las desapariciones que no era de este mundo.

El comisario recordó como el se hubiese burlado de escuchar cosas así, en otro momento, se hubiese reído de buena gana, pero ahora todo era diferente, ya no podía negar la realidad, las cosas eran de lo mas extrañas, el terror se estaba instalando en todos inclusive en un hombre como el.
En un laboratorio secreto, Silvia Montero de cinco años, la desdichada niña que fuera rescatada por el detective, sobre una camilla  era monitoreada, esperaban hallar algún signo, algún detalle que les diera un indicio para seguir pistas que les permitiera saber que era lo que sucedía, a pesar de tener aparatos donados por los mejores hospitales, no ayudaban mucho en este caso. Estaba fuera de toda realidad.

Los días pasaban, y en ves de mejorar, empeoraba, en estado vegetativo, lentamente se desintegraba, un vapor que emanaba de su cuerpo formó una nube a su alrededor que subía hasta un punto y luego desaparecía.
Llegó un momento que parte del cuerpo quedó transparente y otra parte se volvió invisible, científicos de todo el mundo acudieron para develar el misterio, pero nada descubrieron los días pasaban y la niña desaparecía frente a sus ojos sin poder impedirlo.
 
Fue una tarde en que la madre de Silvia sufrió un preinfarto de tanto dolor al ver a su niña en ese estado, que Franck decidió hacer algo en un intento desesperado para acabar con esa agonía.

 --¿Qué quieres hacer qué?

 Dijo venett alarmado al escuchar la propuesta del detective.

  Al equipo de investigación por el contrario le pareció muy buena idea.

 --¿Estás seguro que quieres hacerlo?

 Le pregunta Nidia muy angustiada.

 --Estoy dispuesto a todo, aunque no regrese.

 A estas palabras Nidia soltó un sollozo ahogado. Franck  en un impulso que ya no podía contener, la abrazo con fuerza y beso sus labios que temblando se entregaron con pasión.

Franck lamento haber esperado tanto, ahora después de hacer lo que debía hacer, tal vez no  regresaría, pero si de algún modo pudiese regresar sabía que ella lo estaría esperando.
Todos los preparativos estaban culminando, Franck tubo la idea de juntar su cuerpo al de Silvia, y entrar a desaparecer junto con ella, esta idea fue aprobada por las científicos dado el caso que algo debía hacerse al respecto y no contaban al momento con ningún descubrimiento que les diera alguna dirección de que hacer .
Franck luego de abrazar a sus compañeros y besar a Nidia que lloraba desconsolada se acostó junto a la niña o lo que quedaba de ella, todos los aparatos fueron desconectados,  en pocos segundos perdió el conocimiento y comenzó a desaparecer junto con ella.

El vapor aumentó y sorpresivamente se escuchó el lejano sonido como en  la noche del hallazgo

¡Baruuuu!

Los que allí se encontraban sintieron un súbito frío, la sensación era como si una puerta se hubiese abierto por donde pasaba una corriente de aire.

Fue solo un instante y ambos desaparecieron.

 Todos los que allí se encontraban discutieron un buen tiempo acerca del incidente y de que era lo que ahora ellos debían hacer. Pero no fueron los científicos ni los investigadores calificados en asuntos paranormales, sino Mondy quien dio la idea mas acertada, cuando le dijo a Venett.

--Solo debemos esperar a que la tormenta arrecie nuevamente, es muy probable que el detective se comunique con nosotros.

--Parece lógico (Dijo el comisario).

A lo cual Nidia agregó.

--¡Si! Tal vez se aparezca en alguna esquina como la anciana lo hizo.

Luego comenzó a llorar

CAPITULO 8:
La ansiedad del primer momento se fue calmando, los días pasaban y Franck no daba señales, cuando se cumplieron dos meses, de este echo lamentable, en que el detective Franck colling desapareciera, junto a Silvia, en un intento desesperado por descubrir el misterio de los niños que desaparecían; luego vino la angustia y la incertidumbre de no saber que hacer.

Nidia siempre salía a buscar a Franck, y cada ves que llovía regresaba a ese lugar donde rescataron a Silvia, y esperaba que algún trueno anunciara un rayo que tal ves al alumbrar el lugar dejaría ver a su amado, que perdió al mismo tiempo que lo encontró.
Pero Nidia nunca consiguió ver nada, cuando la lluvia mojaba su delgado cuerpo y el frío penetraba hasta calar sus huesos, ella se sentaba en el lugar aquél en que estuvo refugiada con Franck, se acurrucaba imaginando que los brazos del hombre que amaba la estrechaban protegiendo su cuerpo tembloroso del frío.
 Fue una de esas noches lluviosas en que Nidia estaba en ese lugar, se sentía mas sola que nunca, se sentó en la escalinata de costumbre, dejándose embargar por los recuerdos, cerro los ojos para hacer de cuenta que Franck estaba allí, entró en un éxtasis que la llevo a perder la noción del tiempo hasta que se adormeció soñaba que estaba con Franck que el la abrazaba y besaba sus labios con pación

 oh, mi amor!

 Susurro, abriendo los ojos, regresando a la realidad.

¿Estaría soñando?, pero era él, sentía su cuerpo, su presencia hasta el sabor que sus besos habían dejado en su boca.
Quiso cerciorarse palpando a su costado, sintió como alguien se alejaba y el frío penetro con fuerza, haciendo que su cuerpo se doblara.

¡franck!.

Gritó ella corriendo en dirección hacia donde le pareció que el supuesto Franck  Había ido.

 ¡Espera! No te vallas, te necesito.

 Grito muchas veces, pero fue en vano. Hasta que nuevamente como en las veces anteriores llego el sonido aquel.

 --baruuuuu

 Nidia quedo paralizada por el terror, luego fue solo un instante Franck apareció frente a ella llevaba una niña en sus brazos y desapareció seguido de un estallido continuo de truenos los rayos caían muy cerca de ella.

 --- ¡Nooo! Franck, no lo hagas ¿Por qué?

 Lloró por largo rato repitiendo las mismas palabras, hasta que las fuerzas la abandonaron, y se desplomó sobre el suelo donde el agua corría sin parar.

 --¡Despierta Nidia!

 La vos del comisario sonó lejana, llego a pensar  que era franck no pudo disimular la desilusión cuando abrió los ojos.

 Comisario ¿Cómo me encontró?

 Imagine que estarías por aquí, y salí a buscarte.

Venett la ayudo a incorporarse ella apenas podía sostenerse en pié

 ¿y bien? Que sucedió

Dijo Vemett . Nidia muy conmovida contó como pudo su encuentro con el desaparecido detective.

CAPITULO 9:
--¿Donde estoy?

Se dijo, apenas consiente, Franck  no conseguía sentir su cuerpo, tal ves estaba muerto y su alma se encontraba en algún lugar del infinito donde van los que muere ¿era bueno o malo eso?

-- ¿Dónde estoy?

Se pregunto, nuevamente,  las densas nubes donde estaba sumergido comenzaron juntarse y salir en una dirección que el desconocía, no tenia noción de la realidad.
Llego un momento que quedó en un lugar que parecía el corredor de una gruta que daba a un lugar mas amplio, diría que se encontraba en un laboratorio extraordinario, el no pudo comprender de que se trataba, para su sorpresa al estar allí su cuerpo comenzó a materializarse nuevamente, y otra vez caminaba pisando el suelo de ese lugar donde el sonido llegaba apagado y distante.

 --¿Dónde estoy?

Dijo ahora con vos fuerte, pero no obtuvo respuesta, continuó caminando y luego de salvar grandes instalaciones se encontró en otro salón, allí quedó en verdad asombrado, lo que quiso saber durante tanto tiempo estaba allí.
Los niños desaparecidos, eran miles, el salón inmensamente amplio se extendía al espacio de una dimensión abierta en el tiempo, los niños parecían fantasmas, parecían hechos de algo brillante como si fueran tules, no podría describir como eran en realidad. Estaban rodeados de un alo de luz que los mantenía flotando en el espacio en un estado de inconciencia

Su apenas visible rostro parecía sonreír y a veces esbozaba una mueca de asombro, de lo que estaba seguro Franck es  que solo eran fantasmas, no podría ser de otra manera.

 A medida que caminaba el lugar se hacía mas espacioso y mas alto nunca acababa, había niños flotando por todos lados, podía ver hasta cierta altura, donde las nubes cubrían, impidiendo la visión. Anduvo largo tiempo, tal vez horas hasta que se encontró flotando de nuevo,  su cuerpo otra vez se había hecho  invisible.
Franck comenzó a entrar en un estado de angustia desesperante, que hacer, su estado de invisibilidad lo aterraba, ni siquiera el, un detective tan osado en su desempeño profesional era capas de soportar esa situación sin entrar en pánico, ahora recordaba con enojo las palabras de la anciana de la lluvia, era verdad lo que ella le gritó en aquella oportunidad cuando estaba con Nidia, que lo que sucedía con las desapariciones no era de este mundo.

 --¡No! no lo era.

 Como podía haber imaginado en ese momento algo así, quería ser comprendido lo necesitaba, recuerdos dolorosos acudieron a el. Aquella ves cuando rechazo la ayuda de Nidia, cuando la hacia a un lado, y ahora daría su vida por tenerla con el  y poder besarla nuevamente, como cuando la besó al despedirse el día que desapareciera junto a Silvia, sufría al pensar que fue la primera y la última ves. Nunca tomo conciencia que iba a desaparecer para siempre.

--Para siempre.

Murmuró, esa era una palabra en la cual sólo en este momento la estaba valorizando.

--Para siempre.

Repitió, para tratar de aceptar lo que estaba sucediendo.

--Que será de Nidia?

Se preguntó angustiado, debería hacer alguna cosa, algo que lo regresara le costaba mucho desplazar su cuerpo cuando se convertía en eso que parecía un fantasma.
Era solo aprender a controlarse con su pensamiento, se esforzó y fue así que pudo regresar, una sensación de alivio lo embargo cuando sintió sus pies sobre el suelo y caminaba firme aunque no sabia de que estaba hecho ese lugar, ni que era lo que estaba pisando.
Franck no sabia que era mejor no saber, y que terrible sería cuando llegara a la conclusión final de toda esa locura.

 En la sala que parecía ser un laboratorio descubrió que no estaba solo con los desdichados niños, alguien más estaba allí. Un hombre alto, bien parecido de cabellos largos aparentemente joven su cuerpo irradiaba un leve resplandor que de ves en cuando lanzaba chispas de luz.
El hombre ni siquiera reparo en el detective que se acercaba en forma sigilosa, un súbito rencor comenzó a dominarlo, deseaba abalanzarse sobre aquél monstruo, lo veía manipular esos artefactos como un director  que dirige su orquesta, movía sus manos con rapidez, la indignación de Franck llego al colmo cuando escucho su tan conocido y tan odiado sonido.

 ¡baruuuuuuuuu!

 --Tu!

 Gritó Franck con rabia la furia se había apoderado de el, quiso arrojarse sobre ese ser monstruoso para matarlo, palpo su cintura y aun conservaba el arma, tiro de ella y apunto al malvado gritando con todas sus fuerzas.

 --Asesino que as hecho con los inocentes?

 Intento disparar y nuevamente ese sonido.

 ¡baruuuuuuuu!

 Ahora una aglomeración de nubes se agrupo en forma de pequeña nave donde el secuestrador entró y de un solo impulso partió velos como un rayo desapareciendo dejando a Franck llorando y disparando su arma, las balas salían en forma  lenta luego desaparecían el sonido del disparo era corto y apenas audible como si el arma fuera disparada a distancia de allí.

 --¡Regresa aquí! Malvado, engendro del mal.

 Ante de lo que el hubiese llegado a imaginar, el temible hombre regreso, y fue entonces que Franck descubrió cosas horribles que nunca ni por casualidad podía haber sospechado a lo largo de su investigación.
El creía que el secuestrador fuese un asesino, un violador, eso le causaba estupor, no admitia que un ser humano hiciera algo así con los niños o con cualquier persona de cualquier edad, no importaba edad ni sexo, las personas no debían ser violentada solo un monstruo haría cosa semejante, ahora la realidad lo superaba ¿Qué sucedía allí? El horror que sentía se le hizo insoportable.
Cuando la nube que llevó a aquel malvado de allí regresó, trajo su nueva carga, una niñita de unos cinco años, ni bien llegó la nube se desplazó desapareciendo y la niña quedó allí su mirada era de asombro por un instante quedaron frente a frente ella y franck, observándose sin saber que actitud tomar, antes de que Franck pudiese decidir que hacer, la pequeña lanzó un grito de dolor y ésa fue la última ves que habló nunca mas seria ella misma.
Un alo de luz la atrapo, su cuerpo se separó en dos por un lado salió ese ser fantasmal brillante inconciente con una mueca que parecía sonreír.
Por otro lado su cuerpo ya inerte comenzó a dilatarse, eso era lo que horrorizó a Franck, pudo saber de que material estaba hecho el suelo que pisaba, el cuerpo de la niña siguió dilatándose y formando una masa que luego se deslizaba y se confundía con el piso del lugar, todo el suelo se sacudió, Como si un leve temblor estuviese aconteciendo.
El detective sintió como algo corría bajo sus pies, intento escapar de allí con pasos apresurados pero a donde ir, no podía evitar esa realidad todo ese lugar estaba hecho de cuerpos.

-- ¡Cuerpos de inocentes victimas!

Lloro mientras decía presa del desconsuelo.

-- ¡Cuerpos de niños!

Algunas lágrimas rodaron sobre ese suelo hecho de cuerpos de niños, cuando alguna lágrima caía el piso parecía conmoverse y soltaba un breve  quejido, Franck pensó que de alguna manera esos cuerpos tenían algo de conciencia y que sus lágrimas los lastimaba, intentó reponerse, y hacer algo para terminar con todo ese dolor, estaba decidido tenía que matar a ese monstruo, pero de que manera, pensaba y pensaba, hasta que una vos que le resultaba conocida sonó a sus espaldas.
Era ella la anciana de la lluvia, giro sobre sus pies esperando ver delante el arrugado rostro de la señora Olssen.

 -- ¿Quien es?

Pregunto asombrado, delante tenia una hermosa joven, se aproximó a ella para observarla mejor.

--Tu. ¿Quién eres?

Titubeo, al preguntar porque en un lugar secreto de sus pensamientos esa mujer le paresia conocida, y esa vos era ella, la anciana.
Antes que Franck repitiera la pregunta, la mujer habló.

-- ¿Cómo le va mi  amigo? Al fin  llegó lo estaba esperando.

Pero como podía ser lo que estaba viendo, era ella sin duda,
Las arrugas desaparecieron de su rostro, la misma belleza que anteriormente Franck advirtiera cuando aun era una anciana, y ahora lo que ella era, el no lo sabia, no sabia que era lo que estaba sucediendo.

 --Señora Olssen, ¿es usted?

Pregunto con vos temblorosa.

 --Lo ha notado soy yo misma, ahora que lo sabe ¿me va a apuntar con su arma?

 --Señora Olssen se lo ruego ¿que sucede porque esta aquí? rejuveneció hable por favor.

 La ahora joven señora le sonríe y dando media vuelta se aleja por uno de los pasillos de esa casa hecha de carne ¡carne! Humana de criaturas, la casa de los niños desaparecidos.
En un impulso desesperado la sigue cada paso que da siente que esta lastimando a uno de los pequeños que yacen allí, sentía la misma sensación de la ves aquella cuando uso los mocasines de cuero de víbora
Luego de un largo tiempo de búsqueda frenética, llega a un salón espacioso que tenía apariencia de ser de un material normal, pero Framck creía que nada de lo que en ese lugar había  fuera normal.

La vos de la señora Olssen llega nuevamente a el.

--Puede entrar este lugar esta hecho con vidrio y arenilla. Puede pisar tranquilo.

El detective observa en dirección hacia donde llegaba la voz, que le pareció sonaba de manera diferente ya no era lejana y apagada tal como la oyera todo el tiempo.                                                                                                                             Quiso hablar y no podía ni siquiera balbucear, tenía la boca seca, pero no deseaba beber, sentía que nunca mas tendría sed ni hambre, que nunca mas conciliaría el sueño.

 --¡Estoy muerto!  ¡muerto!

 Se dijo para sus adentros luego la encaro a ella, la que una vez llamara la anciana de la lluvia, ella por fin se decidió a hablar  como quien cuenta un cuento agradable.

 --Mogller Ollsen, mi esposo sufrió un trauma muy grande, hace tiempo.

 La mujer narraba su historia con pausa tomando su tiempo.
A Franck  le daba ganas de estrangularla, tubo que armarse de paciencia para poder escuchar lo que decía.

--El perdió una hermana, si, la perdió, o sea murió, bien para la mayoría de las personas es algo aceptable auque sea doloroso, pero para Mogller no fue así.

Ella se dio una pausa, como si pensara lo que iría a decir, por lo cual el entendió que lo estaba justificando, ella estaba de acuerdo, ¿como podía ser?, y pensar que estuvieron con ella aquella ves hubiesen podido hacer algo, obligarla a decir lo que sabia, pero como hubiesen podido imaginar lo que estaba sucediendo y ahora era tarde, estaba perdido.

CAPITULO 10:
Lentamente Franck se fue enterando de la desgraciada historia. La hermana a la cual hacia mención la señora Olssen tenia tres años al morir, el la amaba como si fuese su hija, es que al nacer ella la madre perdió la vida en el parto a causa de una extraña enfermedad, Clarisa, ese era el nombre de la pequeña heredó la misma enfermedad, Mogller al principio de sufrir esa perdida se deprimió desapareciendo por un tiempo, el señor Olsen su padre llego a pesar que se había suicidado, por eso que embargado por el dolor falleció de un infarto al poco tiempo.

 --Amigo Franck, pasó un año antes de volver a ver a mi esposo. Cuando regresó ya no era el mismo, lucia extraño y me dijo que estaba trabajando en algo que haría regresar a Clarisa a la vida. Lugo a los pocos días desapareció de nuevo.

 El rostro de la mujer parecía haber sido cubierto por un velo gris, los recuerdos le traían mucho dolor al fin y al cabo por toda esa desgracia ella había perdido a su esposo y llevaba poco tiempo de casada. Olssen obsesionado por recuperar a su hermana dejo de lado a su mujer.
Pasó mas de tres años en que no supo mas nada de el, hasta que comenzaron las desapariciones, por una secreta sospecha mandó  revisar la sepultura de Clarisa, no se sorprendió cuando le dijeron que su cadáver no estaba en el sepulcro. Por intuición comenzó a salir en busca de su esposo por donde escuchaba que se daban desapariciones.
Cuando victoria Olssen se acerco a ellos, fue que el esposo decidió llevarla,
pero primero simulo haberla asesinado solo par despistarlos.

--Señora olsen.

Dijo Franck.

-- ¿Dónde está Clarisa?

A lo cual ella le dijo que lo siguiera. Lo guió por un nuevo corredor hasta una sala enorme que también parecía un laboratorio. Allí la vio suspendida por unas sondad conectada a un extraño cilindro que irradiaba algo parecido a la luz y a veces parecía fuego. Flotando en una burbuja de agua  lo que quedaba de Clarisa.
Franck quedó impresionado por la escena. Lo que alguna ves fue una niña ahora se debatía entre ser un cadáver y un fantasma, la mitad de su cuerpo estaba en estado de descomposición y la otra mitad de esa forma fantasmal.
Parecía estar viva de ves en cuando emitía un grito, apenas audible que a Franck le pareció de igual modo desgarrador como si un animal herido diera alaridos de dolor.

--!Por todo lo que es más sagrado!

Gritó Franck

--¿Que es esta aberración?

Ella es mi cuñada Clarisa, las cosas no son como parecen, Mogller no es un monstruo.
El al principio hizo un descubrimiento usando la fuerza de la lluvia abriría una puerta a una línea de vida paralela, muy bien no lo puedo explicar  porque no se nada del asunto, solo que de esa forma lo hace. Pero algo falló.

-- ¿Qué está diciendo? Por eso secuestra niños.

 Franck pensaba que ese hombre estaba destruyendo la vida de miles de inocentes por rencor, por no haber logrado su cometido.

 --Deje que le explique, cuando creó ese mundo abrió puertas que no puede cerrar, ¿entiende ahora?

 --¡No de veras que no!

--Estoy intentando decirle que si Clarisa se desvanece arrastrará todo esa nueva dimensión, absorberá todo lo que existe con vida en la tierra.
Sera el fin de todo, el fin del mundo. Por eso debe conservar este nuevo universo en continuo crecimiento, hasta hallar la solución o todos dejaremos de existir.

 Mientras hablaban se oyó ese sonido, luego de unos momentos el lugar se estremeció señal de una nueva victima inocente, Franck lloro amargamente.
Franck intentaría salir de allí, ver de que manera avisar al comisario y encontrarse nuevamente con Nidia
 
La única manera de salir es a través de la nave fantasma, le dijo la señora Olssen, y para eso solo el señor Olssen podría autorizarlo, Franck se vio invadido por una gran angustia, hablar con ése hombre, no lo deseaba, pero que otra cosa podía hacer.
Se fue acercando a la sala de operaciones, allí estaba el, manipulando esas maquinas que sonaban con zumbidos apagados y lejanos, todo lo que allí se oía era de esa manera enloquecedora creando una sensación de ahogo.

--Hasta que por fin se decidió.

Le dijo Mogller sin dar ni siquiera la vuelta para mirar al detective, y sin dejar de manipular esas infernales maquinas. Y adivinando lo que Franck podía estar pensando agrega,

--No puedo detenerme si lo hago todos desapareceremos.

 --Sería mejor

 Le grita Franck indignado

 --Eso es lo que usted cree, nadie sabe lo que puede llegar a pasar, tengo que conseguirlo tengo que lograr la eternidad.

 Franck tenía deseos de matarlo ¿pero como? Allí el era solo un títere mas en las manos de ese monstruo, por eso cedió al pedido que Mogller le hiciera ayudaría a la señora Olssen a reclutar mas niños, tal ves podría hallar la manera de regresar al mundo real.
Al comienzo fue ésa su intención, la primera ves que viajó de regreso se encontró con Nidia, pero luego al pasar el tiempo Mogller lo convenció de que podría lograr el secreto de la eternidad y regresar a los niños a la vida.
De a poco se fue encariñando con victoria que dicho de paso a Mogller parecía no importarle, el solo pensaba en su proyecto, lo que su mujer hacia lo tenía sin cuidado, hasta que con el tiempo se olvido del motivo que lo había llevado a ese mundo inventado por un loco, lo único que le importaba era salir con victoria a viajar por el mundo en esa nave que antes odiara y que ahora estaba pendiente de ella. Todo lo que quería era escuchar ese sonido que ahora lo llenaba de placer.

--Baruuuuuuuuu

Y viajar con su amada victoria, que lo tenía hechizado con sus intrigas, ahora ella era joven y hermosa y estaba enamorada de Franck. Al fin y al cabo el nunca quiso tener nada con Nidia.

 --Estabas mucho tiempo con ella, por eso pensaste que la amabas, suele suceder.

Fue lo que Victoria le dijo, y el ya no era dueño de su vida, había perdido la razón, allí en la casa de hecha de niños, perdió su alma solo era un ser existente manipulado por el cerebra principal Mogller y Victoria su cómplice lo que Franck no sabia es que todo lo que la ex anciana de la lluvia le dijera no era exacto, porque ellos conquistaron la inmortalidad que era lo único que querían, ahora tenían a franck para que trabajara para ellos, es verdad que intentaría salvar al mundo pero de no lograrlo ellos nada perdían. Mogller y Victoria no solo eran jóvenes y eternos también estaban mutando lentamente, una nueva raza surgia, sus cuerpos ahora eran extraordinarios.

CAPITULO 11: 
Nidia entró al despacho del comisario Venett, Mondy estaba allí, ambos revisaban los últimos acontecimientos.

 --Alguna novedad?

Pregunto con vos triste, a lo cual el comisario le contestó.

-- Es lamentable pero las noticias cada vez son peores.

 Nidia abrió sus grandes ojos azules, que podía ser peor se dijo.

 --Que tristeza! tenia esperanza que ocurriera algún milagro.

-- No mi querida, ni sueñes con milagros, la verdad es que todo empeora,

--Tenemos anuncios del clima, se está hablando de lluvias torrenciales sin esperanza de mejora. (Nidia palideció)

--Que está queriendo decir, que no volverá a salir el sol.

 --Quiero decir que las cosas se acelera, con la lluvia de continuo las desapariciones irán creciendo.

--Si al menos franck diera alguna señal.

 Ni venett ni Mondy le contestan, entonces ella angustiada pregunta

 --¿No piensan que Franck pueda estar haciendo algo?

El silencio de los dos hombres desesperó a Nidia, de  porqué callaban.
Sabrían algo, que no querían decirle, algo que seguro debería ser terrible.
Mas ellos siguieron callados, no tuvieron coraje de decirle la verdad, que todo estaba perdido que además del caos que en el mundo entero se había dado Frack  no iba a regresar, que lo vieron reiteradas veces secuestrando niños junto a una mujer hermosa. Y que el era el motivo por lo cual todo se precipitaba, al no saberlo ella al menos le quedaba una esperanza aunque no fuera por mucho tiempo.
 
Nidia no dejaba de pensar en frank y en buscarlo, ella misma se veía como la anciana de la lluvia buscando por las calles, por las esquinas y en especial en el lugar aquel donde entro en contacto con Franck, aunque fue algo doloroso descubrir que el ahora era el nuevo secuestrador.
Ya no era tan fácil salir a la calle, el peligro rondaba por todos lados.
Debe haber algún motivo para que Franck hiciera eso, se dijo a si misma, no podía aceptar la realidad, albergaba la esperanza que de un momento a otro el apareciera, diciendo que el problema estaba resuelto y que ya no desaparecerían mas niños en las noches de lluvia.
Sin poder soportar más esa sensación de ahogo que cerraba su garganta,
salió a hurtadillas para que el comisario no se lo impidiera, tenía el presentimiento que esa noche vería a Franck.

 --¿Dónde estas amor mío?

 Pregunto emocionada su vos se confundió con el silbido del viento, cuanto hacía que no caminaba en una noche de estrellas o ver la luna entre las nubes, solo la lluvia en el rostro y el viento frío, húmedo, no recordaba cuanto tiempo pasó que vio un amanecer de sol.
Mientras se dejaba envolver por estos pensamientos era como si sintiese la tibieza de los rallos del sol y por un momento tubo esa sensación tan lindo que producía el cantar de los pajaros en las ramas de los árboles.
El estallido de un vidrio acabo con el encanto de sus recuerdos, a continuación siguieron otros estallidos acompañados de gritos de dolor,
Nidia corrió hasta entrar en un callejón oscuro y solitario, se recostó sobre un tronco caído para recobrar el aliento, la lluvia corría por su cuerpo, se sentía ahogar por las ráfagas de viento y agua que azotaban su rostro.

--¡Que pare esta lluvia!

 Grito con lo que le quedaba de aliento llorando desconsolada pensó que su hora había llegado que moriría allí mismo bajo esa lluvia que detestaba, hasta que ese sonido hizo que se pusiera en pié y prestara atención.

 --por favor, por favor.

 Se repetía jadeando al límite de sus fuerzas,

 --Que sea él.

 Baruuuuuuuu

Sonó lejano pero definitivamente era la nave de la muerte, que ahora le traía esperanza, saber que esa maquina maldita venía a llevarse los pocos niños que quedaban, y sin embargo le hacia bien saber que en ella podría venir Franck.

 --¡Franckkk!

 Llamo sin obtener respuesta, de pronto el viento pareció detenerse frente a ella y la lluvia comenzó a caer como si fueran copos de nieve, los truenos sacudían el lugar, los rayos caían como si en cualquier momento fueran a partir en dos su cuerpo, allí en ése momento la vio, esa imagen que ella conocía muy bien la niña flotando en el aire.
Corrió como pudo tras ella, sabia que no duraría mas que unos instantes, tenía que actuar con rapidez.

 --¿eres tu?, mi amor.
      
Dijo con vos suplicante,

 --No te vayas, no sabes cuanto te he extrañado.

 Nidia no pudo continuar comenzó a llorar, sus piernas ya no la sostuvieron y cayo al suelo de rodillas sobre el agua que corría, ella temblaba como una hoja, estaba por desmayarse al limite de sus fuerzas, ojala Franck apareciera y la estrechara entre sus brazos.
Franck al fin  apareció pero no fue como ella pensó, envueltos en un alo de luz entre el algodón de la nube viajera a pocos palmos del piso ella lo vio, allí estaba él, frente a ella en el aire llevando una niñita inconciente, por un momento se miraron los ojos suplicantes de Nidia se cruzaron con los ojos asombrados de Franck que quedó perplejo al verla quedó paralizado sin capacidad de reaccionar, ese momento parecía que iría a ser eterno, hasta que victoria se dejó ver, estaba justo al lado de Franck con una mirada de desafío se lo llevo desapareciendo dejando en el aire el sonido de la maquina de la muerte,
La maquina del dolor.

-- !NOOOOO!

 Rujió Nidia con desesperación y para eso deseó tanto encontrarse con el, para verlo con ésa mujer.

-- Regresa aquí Franck.

 Rujió otra vez, en un intento desesperado, pero nada podía hacer, el había desaparecido y ella sabia como era eso, sabia que no regresaría
Quedo caminando bajo la maldita lluvia, tratando de regresar junto al comisario con las últimas fuerzas que le quedaban.

--¿Quién será esa mujer? (le pareció conocerla)

CAPITULO 12:
Llego al despacho del comisario exhausta, la oficina de venett que antes lucia como un museo, donde todo estaba limpio y en perfecto orden, ahora lucia espantoso, el suelo estaba manchado de barro, y en los rincones se apilaban las botellas de cerveza, de nada serviría sacarlas el recolector de basura ya no pasaba,  las lluvias continuas estaban socavando los cimientos de los edificios, la peor situación acontecía en los lugares donde existían sótanos porque estos se inundaban por las corrientes de aguas subterráneas que luego subían anegando las casas, el destacamento donde Venett tenía la oficina no escapaba a esta situación. El frío y la humedad amenazaban con acabar con la salud del comisario quien trataba de apaliar la situación bebiendo café y mucho coñac.
La botella que estaba tomando en el momento que Nidia regresó, el mismo la había hurtado de un supermercado, durante un saqueo como si fuera un vulgar ladrón, que mas daba, el mundo estaba llegando a su fin a nadie le importaba ya la ley sobre todo él, en otrora el gran comisario Venett, que no consiguió salvar al mundo y dejo ir a su mejor detective a una expedición suicida, las celdas de su destacamento también anegadas por estar en un subsuelo, no le permitían detener ni encerrar delincuentes, Venett quería atrapar a uno solo, a ese monstruo que estaba acabando con la vida en la tierra, ese que hasta ahora no había conseguido atrapar.
Nidia entro llevándose por delante unas sillas que estaban en el centro del
despacho para ir a dar de bruces en el piso inconciente.

--¿que crees que hacías?

 Le grita Victoria , Franck, espantado asiste a la rutina, de una nueva criatura siendo parte de ese lugar, la casa de los niños desaparecidos.
Los últimos meses había estado como en un sueño, totalmente fuera de la realidad, se había integrado a la rutina de los secuestros perdiendo la memoria, embrujado por la idea de un mundo mejor, sin fracasos ni muertes, había bebido el veneno de los Olsen ese veneno de creerse dueño de los destinos ajenos, del mundo y de tantos inocentes.
El encuentro con Nidia le devolvió la cordura, recordó cuanto habían trabajado juntos para descubrir este caso, sus sueños de parar con las desapariciones y ahora ¿Qué estaba haciendo? La misma pregunta de la señora Olsen lo hizo reflexionar.

 --¿Qué estoy haciendo?

 El mismo se pregunto, esto hizo trastabillar a victoria que sorprendida por haber perdido el control sobre Franck corrió a ocultarse en alguna de las muchas galerías de ese infame lugar.

 --soy yo mismo

 Se dijo Franck asqueado de descubrir la realidad de lo que estaba haciendo, se maldijo por haber sido tan débil, por no mantener su plan de regresar con la solución, y Nidia, ella estaba triste muy triste.
Se pregunto cuanto tiempo habría estado con esa vil tarea de secuestrar niños, vagamente venia a su memoria, alguna escena de lugares del mundo, por donde anduvo.

 --No puede ser ¿que he hecho?

 Lloró y lloró hasta que se decidió buscar a Victoria, ella le debía una explicación, ella era tan perversa como Mogller,

 --Esos dos malditos me estuvieron usando.

La idea de haber servido a los planes de los Olssen le causaba horror, no era justo tenía que hacer algo.
Camino por un pasillo que no recordaba haber pasado antes por allí ese pasillo acabo en una sala vacía luego más pasillos hasta que regreso  al mismo lugar de donde había partido.La desesperación lo llevó a entrar en una búsqueda frenética, avanzaba, con dificultad, todo dependía del suelo que pisaba, si era el de arenilla podía apurar el paso pero el suelo de cuerpos de niños era diferente aun no había aprendido a controlar su cuerpo invisible, avanzaba solo por momentos y por otros quedaba como atascado.
Si estuviera en la tierra estaría sudando pero allí no sentía nada estaba muerto en vida

-- Malditos señor y señora Olssen.

 Mascullo con amargura,

-- Debo regresar

 Repetía al borde de la locura, hasta que sucedió encontró a Clarisa.

-- ¿Qué es esto?

 Exclamo alterado creía que iba a explotar, lo que veía era aterrador.
Ahora estaba cerca de ella podía verla bien, lo que quedaba, la mitad de su cuerpo a pesar de estar descompuesto había crecido de edad era una anciana.

 --Piensa, piensa.

 Se dijo desesperado, hasta que le pareció escuchar una vos,

 --No puede ser (murmuró) Tu no estás viva, no lo estas

 La vos se hizo escuchar otra vez,

 --Ayúdame,

 Pero como, como podría ayudarla, miro alrededor buscando algo que le diera una salida mas no se atrevió a tocar nada.
Recordó que le dijeran que el mundo estaba en peligro, si tocaba algo errado podía ser el final de todo, y el no quería, había vuelto a tener esperanzar de regresar a la tierra a Nidia.

--Ayúdame!
Repitió nuevamente, la vos, dejando a Franck muy alterado mas allá de la desesperación que lo dominaba mas allá de todo lo imaginable, usando lo máximo de su voluntad así como le fue posible se acercó a la burbuja que aprisionaba ese cuerpo que era un mundo de dolor. Clarisa a pesar de haber vivido mas de cincuenta años allí atrapada tenia sus facultades mentales en buenas condiciones, su hermano mayor la había programado para desarrollar su inteligencia antes de que el experimento fallara y la pobre niña se fue convirtiendo en un fenómeno, tener conciencia de la realidad era mas penoso aún para ella, todos esos años sabiendo que la vida y la muerte dependían de ella, sabia que había un mundo diferente donde las niñas jugaban y experimentaban sensaciones que ella jamás conoció, y los años de juventud se perdieron allí pudriéndose día a día.
Su solo cuerpo, era una masa indescifrable de dolor y rencor, odio eso era lo que latía en ella rencor del mas profundo, si pudiera se vengaría de mogllier y todo el resto del mundo que la condenaron a ese suplicio.
Cuando Franck se acercó a ella ni imaginó lo que esa ruina humana podía hacer, dejándose llevar por la piedad, enceguecido por el deseo de llevar una solución a ese ser viviente en tal situación catastrófica.
--
¡Aquí estoy!
Dijo acercándose lentamente hasta tocar la burbuja, fue lo mas extraño que le sucedió, sabia que la estaba tocando la veía pero no sentía nada, ni se enteró que la vos que escuchaba estaba dentro de su cabeza, el percibía los pensamientos de ella, que le trasmitía sus pedidos pero nunca habló.
--¿Como puedo ayudarte?
Preguntó Frankc, su vos sonó como una suplica, albergaba la esperanza que Clarisa de alguna forma le diera alguna solución.
 
--Apaga la maquina, suplico Clarisa.
Franck miró con desesperación, ¿Cómo, de que manera? Todo era desconocido.
--¡Apágala!
Gimió otra ves, esto enloqueció a Franck que en un arrebato comenzó a desconectar todo lo que le tenia conexión con la burbuja, arrancando sondas y levantando palancas apretando botones, en ese momento llego Victoria pero ya era tarde, Victoria y Mogller se mostraron confiados de mas con el detective, creían tenerlo dominado, sin embargo se les escapo un detalle, los sentimientos de frankc por Nidia le devolvieron la cordura, no contaban con que eso sucediera, ni pensaron que Clarisa se iría a comunicar con Frasck , de modo que todo se desenvolvió con rapidez, la burbuja estalló arrojando agua y pedazos de Clarisa por los aires para luego desvanecerse su espectro así como el le los otros niños salieron volando rebotando en todas las direcciones como si buscaran una puerta para escapar, el señor y la señora Olssen aterrados se los veía con clara intención de escapar de ese lugar Franck los siguió hasta la sala principal y esperó hasta que escuchó el sonido, que por última ves anunciaba su partida.
¡Baruuuuu!  
--¡No escaparan!
Gritó Franck con furia, en un gran esfuerzo saltó sobre la nave de la muerte, esta ni bien recibió el cuerpo de Franck desapareció entre rayos y truenos.
-- ¡Regresa!
Gritaba Victoria llorando incontenible, Mogller rugía de rabia e impotencia no podía creer lo que estaba sucediendo tantos años tantos descubrimientos para llegar a poseer la eternidad y ahora todo se desvanecía, ¿que iría a ocurrirles? eran eternos pero ¿Dónde pasarían ahora la eternidad?
-- ¿Dónde?
Rugió de nuevo mientras un alo de luz los atrapo ambos fueron mudados varias veces como si en la dimensión por la cual eran atrapados dudara que hacer con ellos pasaron de seres fantasmales con cara de asombro a cuerpos resplandecientes como príncipes de un cuento de ficción. Luego de un chasquido seco desaparecieron quien sabe con que rumbo.Toda la casa de los niños desaparecidos estallo en pedazos absorbidos por el paso abierto que dejara la nube viajera la mayoría cayo en la tierra desparramándose por todo el mundo pedazos de carnes descompuestas llovían del cielo, junto con la lluvia que arreciaba con mas furia que nunca.
La nube de la muerte desorientada y sin control subió hasta cierta altura en el espacio para así controlar toda la tierra, de ella salía una furia incontenible azotando al mundo con vientos huracanados y rayos continuos, lentamente comenzaba a absorberlo todo.
Frarnck llegó al apartamento de Nidia pero no la encontró, contra viento y cataratas de agua objetos que volaban hacia el espacio salió sin rumbo.
--Claro, como no lo pensé antes, estará con Venett.
Entro jadeando y a punto de ahogarse por el agua, allí por fin se dio el encuentro.
--Franck! As regresado
Sollozo ella. Franck la miraba con los ojos desorbitados, intentando demostrar amor por  momentos y otros estupor, pero ¿como decirle? ¿Cómo? No encontraba las palabras.
-- Estás aquí al fin, deseaba tanto verte.
Continuó diciendo  Nidia aferrada  a sus brazos lo tenía agarrado con sus manos como si fuera a quebrarle los huesos. Los frágiles brazos del detective temblaron de dolor ante la presión que ella hacía, estaba débil no havía comido en meses después que salió de la casa de los niños desaparecidos su cuerpo se desintegraba lentamente, Nidia con la alegría de verlo no percibió el estado en que el se encontraba, hasta que Franck trastabillo, y ella prestando mas atención vio como el estaba, lanzando un grito de terror.
-- ¿Qué te sucede mi amor? ¿Qué tienes?
--¿No entiendes Nidia? Es el fin del mundo.
Franck terminó de desintegrarse como si lo hubieran molido fue succionado por la fuerza que venia del mundo creado por Olsen La mujer que lo amaba lo vio subir en forma de carne molida, no era el único que se fue, todo lo que la dimensión maléfica captaba lo absorbía.
El comisario llego hasta ella y trato de sostenerla para que no fuera también arrebatada, ambos se miraron ya no había lagrimas en los ojos de Nidia, solo estupor, quiso hablar pero no le salían las palabras, miro a venett que tampoco podía articular palabra alguna, hasta que la desventurada joven susurro.
--El fin del mundo.

                                                                                            Teresa Gerbasi

                            

 
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